Un Intento por Definir desde la Administración Pública Municipal; la Contribución que la Universidad Autónoma de Nayarit hace al Tejido Social.

Abstract

Es importante definir cuál es la interacción del gobierno y la ciencia en desarrollo de la vida social. Pariendo solo de la ciencia social, sin teorizar en este momento en que es un buen gobierno, se señala que el Banco Mundial dice que en esencia la capacidad de gobernar depende del grado de legitimidad y confianza de la gente, formando así el capital social. En ese sentido, las instituciones educativas proveen del saber científico en formas de conocimientos especializados condicionados por contextos específicos, que se convierte en un elemento de decisión del gobierno. Por otra parte, la renovación constante de los saberes científicos, provocan una interrogante en las universidades sobre las profesiones y los contenidos curriculares que se ofertan; además del método de enseñanza o de aprendizaje que las sustenta. Como universitarios, la cuestión inicial debe ser ¿Para qué educamos? Ciertamente que la misión de nuestra universidad nos la muestra, la pregunta sigue en el aire, ya que al observar el desempeño de la función pública no siempre las acciones se perciben satisfactorias de un buen gobierno. 2 Esto lleva a otro cuestionamiento ¿Cómo educamos?. Permanentemente escuchamos sobre globalización, y aun sin profundizar la idea central que permea es la de un mundo interconectado y en cambio constante. Esta misma dinámica hace que ni las universidades, ni los gobiernos tengan la capacidad de reaccionar de manera inmediata a estas variaciones; con ello se generan una serie de problemas que van desde los mas simples hasta los más complejos. Resolver problemas implica tener una gama de capacidades que pueden ser de simple lógica o de una intensa formación teórica y metodológica. Pero que no siempre se observan en la actividad profesional que realizan los universitarios en el gobierno. Sumada a esta situación parece haber un disociación entre universidad y gobierno, hasta parece que existiera un pacto de no reconocimiento, que inhibe una relación fructífera para ambas instituciones y que puede dotar de acciones factibles para fortalecer el tejido social. Se requiere de universidades y gobiernos creativos; más específicamente, de universitarios y de funcionarios públicos que asuman el compromiso de actuar conforme a las necesidades, de prepararse y adecuarse a los cambios del mundo global; Universidad y Gobierno, deben tener el mismo ideario de la Revolución Mexicana; libertad y justicia social y así reconstruir los objetivos para el desarrollo de la sociedad.